Como es del conocimiento público, el pasado 15 de febrero, a once meses del cierre y despojo de las instalaciones de nuestra planta en el municipio de Juan C. Bonilla en Puebla, las autoridades Estatales y Federales retomó el control del sitio, en un conjunto operativo ordenado por el Poder Judicial del Estado, mismo que transcurrió de manera pacífica y sin mayores incidentes.
Se trató de un acto de aplicación del estado de derecho, después de que un grupo de personas, allanaron y tomaron por la fuerza las instalaciones de la planta, sin fundamento legal alguno y sin mediar ningún esfuerzo de comunicación o diálogo para atender esta situación.
Nuestra planta embotelladora de agua potable, en garrafones retornables de 20 litros, ha operado desde el 1996 con total normalidad y desde que fue adquirida en el 2004 por Bonafont, funciona bajo los más altos estándares normativos y cumple con todos los permisos municipales, estatales y federales.
Esta planta cuenta con la operación de un único pozo de extracción a 130 metros de profundidad que no impacta en las aguas someras o superficiales que explotan las comunidades en sus pozos artesanales, cumpliendo escrupulosamente con las condiciones de las concesiones y derechos vigentes otorgados por parte de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Como consta en los registros públicos, el volumen concesionado de agua representa el 0.09% de la disponibilidad de agua para uso industrial del acuífero del Valle de Puebla, el cual, de acuerdo con los reportes oficiales, tiene un balance hídrico positivo, es decir, no presenta sobreexplotación alguna.
En Bonafont distribuimos un bien de primera necesidad -el agua simple para beber- a decenas de miles de hogares y pequeños comercios en el Estado de Puebla, dando sustento a más de 600 familias que forman parte de la cadena de valor.
Después de un peritaje inicial, las condiciones que hoy guardan las instalaciones son precarias debido a que la planta fue vandalizada, las líneas de producción destruidas y el pozo fue dañado; el pozo fue segado lo que indica que el acuífero pudo haber sido contaminado. Se dio aviso a CONAGUA y estaremos atentos al dictamen que se realice.
Hoy no estamos en posibilidades de abrir operaciones en dicha localidad en el corto o mediano plazo.
Asimismo, Bonafont no reestablecerá operaciones hasta que existan las condiciones sociales, de respeto a los derechos de todos y de convivencia civilizada que permitan la sustentabilidad de nuestra actividad en el Estado. Tenemos la profunda convicción de que nuestra actividad económica debe darse en el marco de una convivencia armónica dentro de las comunidades en las que operamos.
En Bonafont y en Grupo Danone estamos comprometidos con el respeto, protección y promoción de los derechos humanos y ordenamos nuestra actividad de negocios bajo esos y principios dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.
Nuestra prioridad está con la comunidad de Juan C. Bonilla para, de la mano con los vecinos y con las autoridades de todos los niveles, construir soluciones con base en el diálogo, la transparencia y el respeto al estado de derecho.
En este sentido y como lo hemos manifestado desde el primer día que inició este conflicto, man tendremos una disposición total al diálogo social ya la escucha activa de todos los actores dentro de la comunidad.
Así mismo, estaremos atentos y al pendiente de las determinaciones de las autoridades responsables, expertos hidrogeólogos y CONAGUA, respecto al estado que guarda la planta y las medidas que deban establecerse.
En Bonafont, hoy más que nunca, ratificamos nuestro compromiso de construir un México más saludable y sustentable para todos.
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