Cometer errores, aprender de ellos y hablarlos no es una estrategia tan común en México, pero ha marcado el liderazgo de Silvia Dávila, presidenta para Latinoamérica de Grupo Danone. La prueba y error, además, es lo que ha permitido que la división de la compañía que lidera la mexicana haya avanzado en materia de innovación.
Esto ha llevado a la empresa a continuar ganando participación de mercado después de que, en 2016, el grupo francés adquiriera WhiteWave Foods por 12,500 millones de dólares. Dávila llegó a la compañía meses después de la compra, de manera que le tocó integrar al portafolio regional la marca de leches de almendra, con lo que comenzó el proceso para fortalecer el desarrollo de nuevos productos de la compañía.
“Esto nos dio una plataforma de innovación que no teníamos y, al mismo tiempo, nos inyecta unas ganas de innovar y de escuchar al consumidor de forma más cercana. Teníamos la innovación, digamos, adormilada, y empezamos a innovar y a tocar cada una de nuestras marcas y exponenciar su voz”, cuenta la ejecutiva. Con este proceso, en los últimos tres años, entre 12 y 18% de las ventas de la empresa son de productos nuevos.
Para potenciar los procesos de innovación, Dávila detalla que hay que perder el miedo al error. Eso sí, el siguiente paso debe ser fortalecerse y aprender de posibles equivocaciones. Este proceso, que al inicio fue complejo, con el tiempo se ha convertido en parte del ADN de la empresa. “Eso es algo de la cultura que me ha tocado vivir e impulsar. A mí no me preocupa que la gente se equivoque, me preocupa que no aprendamos de nuestros errores. Tenemos una cultura en donde equivocarse está bien, siempre y cuando aprendamos y realmente pivotemos a algo mucho mejor”, comenta.
Antes de Danone, la directiva recorrió un importante camino por otras compañías. La presidenta de la empresa francesa estudió Marketing y su carrera inició en 1989, en la cadena de comida rápida McDonald’s, para después de dos años, llegar a las filas de P&G, en donde laboró más de 11 años y ocupó diferentes posiciones, la última, como directora de Marketing para América Latina. En 2004 tuvo su primera experiencia como directora general en Mars. A la par de su labor como directiva dentro de estas empresas, Dávila fortaleció sus conocimientos y fue profesora de Planificación Estratégica de Marketing en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey.
La equidad de género también se ha convertido en una de sus metas. En la compañía de alimentos, 60% de la plantilla laboral está formado por hombres y 40% por mujeres. El objetivo de la presidenta de Danone es llegar al equilibrio y hacer de la inclusión una realidad, de la mano de ONU Mujeres, cuyas políticas se han ido aplicando en la empresa.
Además, la directiva tiene un proyecto propio de mentoría para ofrecer asesoría a 40 mujeres de México, Argentina, Brasil y Francia –10 por país–, quienes tienen que replicar esta idea con sus propios grupos para generar una cadena de mujeres apoyando a mujeres.
“Esta es una dimensión que me apasiona de sobremanera. Obviamente, al ser una mujer en posición de liderazgo, tengo la gran responsabilidad de ser una vocera. Además, tengo a las mujeres de la mentoría que tienen una responsabilidad de, a su vez, ‘mentorear’ a 10 más para generar un efecto multiplicador. Lidero con el ejemplo y pido que hagan lo mismo”, declara.
Los retos de la pandemia
En un mercado cambiante, la agilidad en la toma de decisiones es una de las habilidades de Silvia Dávila, mientras su trabajo del día a día es garantizar planes en corto, mediano y largo plazos para entregar en todas las dimensiones que tiene la organización en México y Centroamérica.
El covid-19 ha contagiado a las empresas en diferentes niveles y Danone no se ha salvado de ello. Dávila comparte que con las niñas y niños sin asistir a la escuela y con los empleados haciendo home office, los productos de ‘lonchera’ y marcas de yogur ‘camineras’ tuvieron una venta menor.
Fue en el mes de febrero de 2020 cuando los primeros casos de coronavirus se registraron en México y otros países de Latinoamérica y la empresa tuvo que guardar su estrategia para este año “en un cajón” para garantizar la continuidad operativa. Esto ha significado diversos desafíos para la líder de Danone, quien debió tener una rápida reacción para enfrentar la crisis y replantear las prioridades y los planes de la compañía.
“Había productos que teníamos de innovación que, ante la realidad que enfrentaban los canales de venta y los consumidores que no podían salir, no iban a llegar a ningún lado, pero hay ocasiones de consumo que se han creado y otras que están muy afectadas. Llegaron tendencias como cocinar en casa y para eso tuvimos que aumentar los tamaños a un kilo, que era un negocio chico y que ahora se ha convertido en uno de mayor tamaño”, explica la directiva.
Con estos nuevos planteamientos, la presidenta para Latinoamérica de Grupo Danone mantiene sus objetivos de hacer crecer la participación de mercado de la firma y crear puestos de trabajo.
“Aporto esa flexibilidad y esa visión periférica para poder tomar decisiones y decir qué es lo inmediato, lo mediano y lo de largo plazo, y no perdernos en el juego de prioridades. Con esto logro enfocar a las organizaciones y enfocar la operación”, señala Dávila.