Un pequeñín que suele tener un resfriado una semana y a la otra una infección estomacal, se le llama 'un niño enfermizo'. No obstante, este adjetivo es señal de que el sistema inmunitario no está trabajando del todo bien, pero, ¿por qué?

Es cierto, esta compleja red celular, tejidos y órganos que tiene por objetivo combatir enfermedades e infecciones provocadas por virus y bacterias, de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. También necesita de algunos microorganismos para fortalecerse, en decir probióticos.

“Los probióticos son un tipo de bacterias benéficas para nuestro organismo. Nuestro tracto gastrointestinal se empieza a colonizar desde el nacimiento, ya sea parto natural o cesárea” describe en entrevista para Salud180, la doctora Claudia Talavera, nutrióloga pediatra y experta en temas de probióticos para Danonino.

Los tres primeros años de vida de un infante, son los más importantes en el desarrollo de la microbiota intestinal, y estará en su mayoría parte definida por bacterias lactobacilos. Sin embargo, hay otras que se asocian a una mayor probabilidad de alergias o sobrepeso. Lo anterior dependerá directamente de su alimentación.

“Este tipo de comidas deben tener un pH ácido, para que la bacteria pueda sobrevivir. Es decir superan la acidez del estómago para poder llegar al intestino, de ahí que el yogur y los productos fermentados son una excelente opción”, indica experta.

¿Qué sucede si un niño es intolerante a la lactosa puede comer probióticos? Sí. “Los probióticos nos ayudan a la intolerancia, porque es la deficiencia de la lactasa que se produce en las microvellosidades intestinales. Los mismos probióticos van ayudar a fermentar está lactosa que no pudo ser absorbida y van a desarrollar ácidos grasos de cadena corta, facilitando el proceso de digestión”, indica Talavera.

¿Qué probióticos son buenos para el sistema inmunológico de un niño? Para empezar los probióticos van nutriendo la flora intestinal, que permite que las uniones intestinales se mantengan mucho más cerradas. De manera que no puedan pasar ni microorganismos agresores ni alergenos agresores.

“Cuando el pequeño no tiene una microbiota sana estás uniones son más débiles lo que permite el paso de proteínas que dañan el sistema inmune o lo hacen más vulnerable a enfermedades”, revela la experta.

Este tipo de probióticos se deben consumir a diario. Que sea un consumo rutinario para ir promoviendo en el cuerpo las bacterias buenas. La porción adecuada es la que podemos encontrar en varios productos de venta en el centro comercial. Sin embargo, los padres deben ser consistentes que no sustituye la porción de lácteos que se recomienda.

¿Dónde puedes encontrar probióticos? Yogur, kéfir, preparados alimentos, o suplementos probióticos, señala un artículo de la revista científica Elsevier.

Si tu hijo se enferma continuamente, es importante que acudas con el pediatra. ¡No es normal! Además de fortalecer sus sistema inmune con la ingesta de probióticos.